EL EJEMPLAR Y EL DON

Genevieve Vaughan
Translated by Cecilia Bustamante. Genevieve Vaughan, 2003. Download a PDF

El proceso básico del intercambio de valores equivalentes, do ut des, es empleado por nuestra sociedad como una metáfora o ‘metaforma’ (Danesi y Sebeck 2000: 38) para muchas formas de interacción inclu’do el ‘intercambio’ de mensajes. Pienso que el proceso de intercambio funciona de acuerdo a la lógica que es en realidad una sola variación posible de la lógica más fundamental del don. Esta lógica más fundamental es la base de la vida antes y más allá del mercado. En verdad, desde una amplia perspectiva, el mercado es solamente una proporción de la conducta reciente de algunos grupos humanos en el planeta. Es importante cuestionar la lógica del intercambio y reemplazarla con la lógica unilateral de la entrega del don para la metaforma y explicación de la transmisión de signos y mensajes y que ser’a muy importante reemplazar el intercambio mismo con una econom’a del don para la transmisión de bienes.

Desde mi punto de vista, lo que a menudo es calificado como ‘intercambio’ pre-mercado , o, de no serlo; es en realidad una sucesión de actos unilaterales de entrega del don dirigidos a la satisfacción de necesidad. Dicha sucesión puede ser vista como toma de turnos más que de intercambio porque el dar y recibir dones y su función y creatividad no están condicionados al retorno de ellos. La caracterización de transmisiones de bienes y servicios como dones depende de la habilidad del receptor para usarlos; tanto como de la caracterización de algo como signo depende de la existencia de un intérprete. En verdad cada vez que se recibe cualquier información relevante dicha relevancia tiene que ver con facilitar los procesos existentes del receptor de alguna manera y puede dicha relevancia tiene que ver con facilitar los procesos existentes del receptor y puede ser considerado como un don si estamos usando la entrega del don en vez del intercambio como nuestra clave interpretativa.

El receptor es, por lo tanto, tan importante como el dador en la interacción humana del don. Todos comenzamos la vida como receptores de los dones unilaterales que vienenen de parte de nuestras madres o cuidadoras ya que los bebes nacen dependientes y son incapaces de intercambio. Hasta en una sociedad basada en el mercado de intercambio alguien tiene que abastecer las necesidades de los niños, y la mayor’a de las mujeres continuamos siendo socializadas as’. El intercambio y el mercado crean un contexto que es antitético al paradigma del don pero su lógica es divulgada en otras áreas. Es desde el punto de vista del mercado que usualmente investigamos los otros varios aspectos de nuestras vidas, incluyendo los signos. Propongo que lo que llamo “paradigma del intercambio” sea tratado como una consideración defectuosa y aceptar que podemos constru’r una mejor perspectiva si ponemos en primer plano la existencia e importancia del paradigma del don. También pienso que que debemos transformar nuestra econom’a hacia la entrega de dones y servicios y alejarla del modelo del mercado. Usando el paradigma del don en vez del de intercambio como metáfora básica o ‘metaforma’ para comunicación podemos lograr tal vez una alternativa de semiosis, que puede nutrir una transformación de la econom’a pac’ficamente, desde un nivel ideológico. Al mismo tiempo necesitamos mirar al intercambio y el mercado como ocurriendo sobre una base de contradicciones, engaño y captura del don. Mientras encontramos la forma en que ambos se reajustan, podemos colectivamente y de manera no violenta ir eliminando la importancia de uno mientras se aumenta la del otro.

A fin de describir el paradigma del don déjenme contrastarlo con el de intercambio: Los dones requieren captar la atención de donante hacia el receptor, la identificación de una necesidad y la creación de la disposición de algo idóneo. La satisfacción de necesidades educa futuras necesidades y despierta y educa en la donación de más dones. El paraigma del don está orientado hacia los demás, satisfacer la necesidad del otro; mientras que el de intercambio requiere de un equivalente, y es orientado por el ego dirigido hacia la satisfacción de la propia necesidad del dador. El intercambio es predominantemente cuantitativo; el don es predominantemente cualitativo. El intercambio requiere una ecuación entre lo que se da y lo que se recibe, según el autointerés de cada participante. El paradigma del don implica cooperación, creando relaciones de solidaridad y comunidad. Crea las subjetividades de los dadores y los receptores de una manera flu’da. Los receptores se transforman en dadores en su momento, donando a otros fuera de la relación do ut des. Elintercambio crea separación y aparente ‘independencia’ sobre las bases de una dependencia más profunda del mercado. El donar es transitivo. Dar algo al otro, da valor al yo por implicación. El paradigma del don crea una comunidad multifacética, el interambio crea una alteración de esta comunidad, una colección de individuos aislados. El intercambio es un don duplicado en s’ mismo, cancelando la relación crear – valor para el receptor.

El intercambio objetiviza, mientras que el don cualitativo subjetiviza; esto es, que incita y crea subjetividad no sólo en el receptor sino también en el dador. Debido a su orientación dirigida hacia el otro, el paradigma del don crea una variedad de relaciones dada la diversidad de necesidades y los muchos medios posibles de satisfacerlas. A causa de su orientación hacia el ego el uso del paradigma del don demanda igualdad y reciprocidad constreñida; el intercambio crea pocas relaciones entre los bienes que tienen que ver con su igualdad de valor, mientras que la relación entre sujetos intercambiando permanece indiferente.

El intercambio parece poseer una estructura lógica. Esta apariencia deriva de la necesaria ecuación entre dos productos o entre un producto y el dinero según una identiddad de valor. Hemos constru’do lógica simbólica sobre tales ecuaciones pero hemos ignorado la lógica más sencilla pero más transformadora del don mismo. La transferencia de un bien satisfactor de una necesidad: ‘A da a B’ es desde ya una estructura dentro de una lógica de conexión. La reciprocidad no es necesaria para establecer una relación. El dar y el recibir constituye pues, una relación entre personas y entre los dones que van a ser entregados y recibdos. La reciprocidad, que si es constreñida se transforma en intercambio, es sólo una complicación de la interacción más fundamental del dar y recibir. Existe también un silogismo básico en el paradigma del don: Si A le da a B y B se trasnforma en C luego A está dando a C.

Debido tal vez al requisito de igualdad en el intercambio, enfatizamos la corresponencia entre auto reflexión en nuestro entendimiento de la mente y el lenguaje, en vez de la satisfacción de la necesidad. Creo, veamos abajo, que la ecuación de valor de intercambio es en realidad una derivación de la definición del nombrar, ejecutada a un nivel material. Como tal es un uso y distorsión del funcionamiento del paradigma del don en su nivel material y en el de signos verbales. Esta es una de las razones por las que el intercambio infecta tan fácilmente nuestro pensamiento, nuestro concepto del mundo y nuestra ética. Por ejemplo, nosotros aislamos uno de otros nuestros umwelts por medio del mercado en vez de integrarlos por medio del paradigma del don.

Dar es fundamental no solamente en la crianza materna, está presente también en muchas culturas ind’genas. Ser’a importante usar la perspectiva del don en lugar del paradigma del intercambio para investigar las econom’as ind’genas, de manera que la insistencua del don como si fuese intercambio fuese menos pronunciada. Los dones pueden ser dados no sólo para satisfacer necesidades sino que también van dirigidos conscientemente a satisfacer las relaciones que de hecho crean. Por lo tanto, lo que los antropólogos llaman ‘intercambio simbólico de dones’ puede ser visto no como una anticipación del mercado de intercambio sino como un empleo material del paradigma del don en la comunión y la creación de comunidad.

La deuda o la obligación de reembolso no es primaria pero toma lugar basada en la creatividad de la lógica de satisfacción de necesidad, aunque la necesidad de satisfacción sea para un don material o para un don simbólico o para ambos. Cuando, como sucede a menudo En las culturas ind’genas sucede a menudo que la deuda es reembolsada con un aumento, esto se puede connsiderar la afirmación de aquella porporción como un don unilateral basado en la satisfacción de la necesidad transmitido por el recipiente previo. En el caso del intercambio, el don se duplica en s’ mismo y es hecho condicional, cuantitativo, constreñido; en verdad podemos considerar a la proporción nueva del don en la transacción como desnaturalizada por la econom’a de intercambio y transformada en interés. En el mercado los aspectos creadores de relación de parte del don, quedan escondidos por la insistencia en la alterada relación creadora del intercambio, que son las opuestas de las creadas por el don.

Mauss (1923), Malinowksi (1922), Lewis Hyde (1979) y más recientemente Alan Caille y Jacques Godbout (1992), traen a primer plano los aspectos de la relación creadora del ‘intercambio’ de dones, como la llaman. El feminismo nos permite considerar la maternidad como una práctica consciente e intencional. En las sociedades ind’genas, asicomo en las sociedades de econom’a de mercado, la práctica de la crianza es necesaria para la sobrevivencia de los recién nacidos y de los infantes. No puede efectuarse omo un inteercambio de valores iguales con el niño. Mas bien la madre cuida del niño dando unilateralmente los dones y servicios que satisfacen su necesidad material y psicológica. Por lo general, la crianza materna de los hijos es un importante modelo del paradigma del don. Y els que éste crea relaciones de mutualidad y comunidad en todos los niveles. La entrega del don puede caracterizarse como comunicación material, comunicación sin signos, la comunicación que conforma los cuerpos y la mayor parte del substrato material y psicológico de la mente humana. Aunque es acompañado por señales, el proceso comunicativo sucede en realidad directamente al dar y recibir bienes y servicios materiales. En la crianza, este proceso comunicativo se arraiga externamente del receptor y previo a él/ella. La producción de objetos consumibles y su facilitación al infante que lo recibe creativamente, es por necesidad básico para su sobrevivencia y desarrollo. Por ‘no signo’ quiero decir que esta transferencia de bienes tiene un lugar privilegiado lógica y psicológicamente que antecede a los signos propiamente dichos al menos hasta donde concierne al receptor. De hecho, hasta las percepciones, asi como los bienes y servicios pueden parecer ‘obsequios’, tengan o no tengan un dador, desde que en verdad, son recibidos. Proyectando en el mundo al rededor nuestro, la interacción del paradigma del don entre la madre y el niño nos ubicamos a nosotros mismos en un universo en que primero los no-signos y luego los signos son dones en varios niveles de diverss complejidades. Destruyendo la proyección de los procesos del paradigma del don y substituyéndolos con la proyección de procesos conceptuales abstractos basados en el intercambio y la ecuación de valor, nos ubicamos a nosotros mismos en un universo neutral que puede hacerse hasta hostil. Nosotros separamos criar de alimentar y de ser alimentado, separando a los signos de sus elementos y haciéndolos enigmáticos. De esta manera ignoramos el paradigma del don y promovemos actitudes de neutralidad que permiten el dominio y la misoginia en la sociedad en conjunto – haciendo del universo social algo mas hostil y menos alimentador.

La satisfacción de la necesidad del otro, y la recepción del don que satisface una necesidad ajena, son los momentos básicos de relación-creadora de la comunicación a nivel material. Estos momentos constituyen una pauta lógica que se repite a otros niveles de comunicación – incluso en los de signos y lenguaje. Aunque puede ser cierto que que los signos permean el universo que los humanos percibimos somo los perceptores y hacedores de signos que viven al comienzo de nuestra vida cuando somos criaturas de la madre. Por ello tenemos la habilidad de recibir los signos como si fuesen dones y emplearnos en establecer relaciones humanas cuando los recibimos y los damos uno a otro en objetos o como signos verbales. Las relaciones entre cosas no-verbales y las palabras, asicomo las relaciones entre palabras puden ser comprendidas en érminos de dar y recibir dones y servicios que satisfacen necesidades. Los lineamientos lógicos de la entrega del don y sus implicaciones son transferidas al plano verbal en la sintaxis. La recreación de la entrega del don a nivel verbal provee la conectividad. Las palabras son representativas, substitutos del don que a su vez entregan a y reciben uno del otro. Son acompañadas por nexos conectadores y mecanismos gramaticales, que son dones verbales entregados a otros dones verbales, permitiéndoles que entreguen a los receptores humanos de diversas maneras a fin de satisfacer las nacesidades comunicativas que surgen de la epxriencia que se vive entre los comunicadores que están cobstruyendo (nutriendo, desarrollando) las subjetividades propias y las de los otros en relación al mundo. Debido a que los humanos tienen una larga etapa de infancia en la que es necesaria la crianza y cuidados, ellos han desarrollado elaboradas capacidades de la entrega del don. La extensión de ésto a nivel de los signos lingústicos se puede atribu’r a la especifidad del lenguaje de la especie.

Aunque el intercambio y el mercado son el modo predominante de producción y distribución de bienes materiales, las unidades familiares pueden considerarse como bolsones de la econom’a del paradigma del don. A fin de llegar a términos con las causas de la grave situación económica en la que nos ha precipitado el Capitalismo Patriarcal necesitamos una actitud cr’tica no solamente desde dentro de su propio punto de vista del mundo, sino que debemos encontrar una alternativa. Creo que podemos recurrir a esos bolsones de paradigmas del don para encontrarla y crear terreno común para aceptarla. También debemos detectar los v’nculos entre este terreno y la comunicación entendida como entrega del don. Otro mundo posible está disponible en el modelo dedel don practicado poe las mujeres y en lapráctica de comunicación por medio de signos, especialmente los signos linngústicos. Podemos considerar la práctica del don que hace la mujer como la base de una econom’a alternativa que existe, desde ya como una estructura económica oculta, la superestructura de la cual ha sido invisible y sólo espera ser reconocida.

Semiosis del Mercado

Pese a que todos los seres humanos hemos de ser criados, el punto d vista que aceptamos por lo general no proviene de la práctica de la crianza materna, sino del intercambio y el mercado. En vez de aceptar de plano el proceso económico que altera la mente, debemos investigar sus or’genes sociales. Mi posición dice que el mercado de intercambio proviene de la transposición del proceso lingústico de representación al plano material, or illiquid stet pro alliquod – una suerte de encarnación en el proceso de nombrar. En el mercado, una cantidad de dinero material tiene que toma de hecho el lugar del bien de consumo.1 En manos del vendedor como bien de consumo es transferido a las manos del comprador, de acuerdo al valor de intercambio como se exprese en el precio de ‘nombre del dinero’ (Marx 1962:84) del trabajo abstracto en el bien de consumo. Un artefacto socio-material toma lugar del producto-en-intercambio para alguien y respecto a su capacidad de su valor. Estamos tan acostumbrados a este proceso que parece ser natrual y no lo cuestionamos, pero la repetida ejecución de lo que puede ser visto como un momento del proceso lingu’stico del signo ; a nivel material tendr’a claramente la capacidad de influenciar una mente que se basa en procesos de signos. Aún más, este proceso influye y recorta nuestras investigaciones, haciéndolas servir y atribu’r valor al mercado. No es solamente el Capitalismo sino el mercado mismo que es una estructura económica capaz de determinar las superestructuras ideológicas. Hace ésto por medio del énfasis que concede en el proceso lingu’stico de nombrar por repetición constante a nivel de bienes materiales. Al mismo tiempo, nos influencia en abandonar la entrega del don, por el mercado, por los modelos de conducta que son validados y reconocidos por la sociedad y también por la explicación del lenguaje. En lugar del paradigma del don damos categorización jerárquica lograda por el proceso de representación y evaluación – por dinero. La metaforma para la comunicación que es producida en una sociedad basada en la econom’a de mercado es influenciada por la lógica del intercambio en vez de la del paradigma del don. La metaforma de intercambio funciona para reemplazar y esco nder la importancia del don, y ésto hace el modelo de intercambio.

La Propiedad Privada y el Paradigma del Don

La razón por la cual necesitamos intercambiar dones por dinero en una econom’a de mercado, es porque poseemos propiedad privada que nodamos libremente uno a otro para satisfacer necesidades. Entre otras consideraciones no damos libremente porque tememos que nos falte. De hecho en una sociedad donde el paradigma del don no es el modelo predominante de distribución, un individuo puede fácilmente y quedarse sin nada, sencillamente por los otros no están practicando el paradigma del don. La escasez sireve al paradigma del intercambio haciendo dif’cil la entrega del don y, en algunos casos, hasta amenaza vital. El Capitalismo Patriarcal funciona para crear la escasez neecesaria para la hegemon’a del paradigma del intercambio canalizando la riqueza existente hacia las manos de unos cuantos, y desperdiciándola en gastos que no nutren como es el armamentismo ($18 mil millones semanales a nivel mundial, mientras que esa suma podr’a ser’a suficiente para alimentar a todos los pobladores de la tierra durante un año)2, destruyendo con las guerras vidas, medios de vida e infraestructuras, y creando explosivos baches económicos como los últimos crashes de la bolsa de valores. El mercado necesita de la escasez porquee en la abundancia nadie necesitar’a o querr’a intercambiar para sobrevivir, sino que todos podr’an proveer para s’ mismos y los demás sin someterse al control del mercado.

Actualmente gran cantidad de entrega de dones se dirige hacia el mercado. Por ejemplo, al trabajo gratuito de la mujer en el hogar agregar’a un 40% en el PNB en los Estados Unidos si se calcula monetariamente, y más en algunos otros países. El trabajo doméstico gratuito que hace la mujer es un don al mercado – y espec’ficamente al capitalista que de otra manera tendr’a que cubrirlo con un salario para ella o para el esposo, o sea que es on regalo que le hace la trabajadora al mercado. Aún más, la plusval’a es aquella parte del trabajo del trabajador que no está cubierta por su salario y que también se convierte en un regalo del trabajor/a al capitalista.El regalo del trabajo gratuito de la esposa pasa también con laplusval’a originada por la labor del esposo. La propiedad privada no-dadora hace necesario el intercambio y el mercado. En una dialéctica autoconfirmadora, el mercado se hace paras’tico del escondido paradigma del don que persiste existiendo, agota los dones y recrea la escasez quie hace necesaria a la propiedad privada. A fin de cambiar esta situación tenemos que adoptar una perspectiva desde un metanivel y variar el paradigma hacia la entrega del don su creación y validación de un pensamiento y comunidades basadas en la entrega del don en que abundantes bienes y servicios puedan circular libremente hacia las necesidades satisfaciéndolas la entrega general del don.

No es solamente intercambiopor dinero sino intercambio por s’ mismo loq ue ha creado los problemas conectados con la negación de la entrega del don. b El dinero agrava el problema y agrega un número de elementos que no están contenidos solamente en el intercambio. Sin embargo, el intercambio ocasiona la necesidad del dinero como un requisito comunicativoen la retorcida y contradictoria comunicación material ebtre los no-dadores y los no-dones que es el mercado.

En cierto sentido la necesidad de medios de intercambio como una necesidad comuniactiva surge del intercambio, similar a la necesidad comunicativa del lenguaje que surge respecto a cualquier proceso interpersonal. AQ fin de satisfacer esta necesidad comunicativa, una ‘palabra’ material es ‘dada’ una y otra vez respecto al contradictorio proceso de compartir lo que no se comparte, dar a fin de no-dar. Elintercambio sin dinero, o trueque, también contraduce elparadigma del don al hacer condicional a la propia, la satisfacción de las necesidades ajenas. Aunque es menos abstracto y complejo que el intercambio de dinero, el trueque no es la solución al problema del mercado porque crea relaciones similares. La entrega del don es la solución.3

Tal vez creemos que las motivaciones que empujan el mercado globalizador, conforme entre el colonialismo e imperialismo, deriva de algún defecto en la naturaleza humana.”Somos” ambiciosos, agresivos y belicosos, anhelando acumular más y dominar a los otros. Esta es una concepción generalizada de la especie en términos de motivaciones de dominación masculina. Cualquiera que no actúe de acuerdo a estas motivaciones es enetendido como perdedor, auqnue sencillamente no crean en competir (lo que implica que no están infectados con la misma enfermedad). Por otro lado, podemos buscar por razones sociales detrás de la conducta que pensamos como acumuladora y agresiva. Nenecsitamos encontrar las razones si que vamos a capacitarnos para cambiar el sistema que está causando el sufrimiento de la vasta moyr’a de la gente del planeta. Si no encontramos las razones sociales, estaremos cautivos de los mismos problemas una y otra vez porque el dominio masculino solamente puede detenerse por más de su dominio, y las guerras por más guerras.4

El Ejemplar

Hace varios años cuando estudiaba los paraleimos entre el lenguaje y la econom’a con Ferruccio Rossi-Landi (1968), me sorprendieron las similitudes entre el desarrollo del concepto como lo hab’a explorado Lev Vigotsky (l962) y el desarrollo del dinero como el Equivalente General como lo describe Marx en su primer tomo de El Capital. (v. G.Vaughan, 1980,1981). Tanto el exitoso desarrollo del concepto y el desarrollo del dinero dependen de la habilidad de los sujetos de mantener un elemento elegido como constante de comparación. La ‘muestra’ o ejemplar en en experimento de Vigotsky, y el dinero en la explicación de Marx tienen que permanecer estables mientras que las los sujetos estaban comparando un ejemplar con otro. Deb’a existir lo que Marx llamó ‘polaridad’ (1962:41) entre uno, la muestra, el ejemplar, y los muchos – de manera tal que cuando escogidos, el ‘uno’ resultara constante mientras se le somet’a a comparación con otros que acaben siendo aceptados a rechazados. Si el ejemplar no mantiene su posición, Vigotsky (1962:62,64) demostró otras relaciones como el ‘complejo de cadena’ cuando un ejemplar es visto por otros sujetos como similar a un ejemplar cuadrado porque era amarillo y luego a un tercero era agrupado con el segundo porque era como el segundo redondo aunque rojo, y as’ sucesivamente. Este desarrollo era similar a la descripción de Marx sobre las etapas de desarrollo del dinero en El Equivalente General (1962:18-43).

Por esa misma época y cuando me estaba volviendo feminista, también le’ la extensión del Equivalente General de Jean Josef Goux (1973:9-63) en la que se extiende para cubrir muchas otras estructuras quevan desde la familia donde el padre es el equivalente general a la monarqu’a – donde el rey funciona como el Equivalente General de signos no lingu’sticosy como el Falo como Equivalente General de los objetos sexuales. Cada una de estas estsructuras tiene una configuracón de uno-a-muchos en la cual la relación ‘polar’ de Mrax existe entre el uno y los muchos. Tal relación polar puede ser caracterizada como relación binaria de tipo inusual ya que sus elementos opuestos son aparentemente cuantitativos como un-a-muhos pero tienen importantes efectos cualitativos. El proceso no es estático, sino dinámico porque la realción de cada elemento particular de los muchos-al-uno construye en realidad la egneralidad del uno. Por ejemplo, para Marx como cada ejemplar de los muchos – cada bien – es comparado a dinero, el ‘uno’ ; el dinero se vuelve, transforma en general, el equivalente general, al que cada bien le es particular en relación a él. Marx compara esta polaridad a la relación entre todos los católicos y el Papa (1961:41). El cree que elegimos uno de todos los productos posibles – el oro – para servir como el ‘equivalente general’. Mientras que todos los otros bienes están ubicados en el lado equivalente. El dinero es usado como la forma de valor de los bienes y conforme va tomando su lugar en intercambiarlo es factible de expresar su valor relativo respecto al otro. Similarmente, en el experimento de Vygotsky, se selecciona un ejemplar de entre muchos posibles miembros de una categor’a conceptual a usarse como el ejemplar. Comparando una variedad de ejemplares al ejemplar que hemos constru’do como una categor’a, incluyendo algunos y excluyendo otros como miembros de dicha categor’a. La relación entre ellos como similares se desarrolla por medio de la relación con el ejemplar como su equivalente polar. Al mismo tiempo se desarrolla una polaridad entre sus caracter’sticas de relevancia o irrelevancia. En la formación de categor’as, como en el mercado, cada ejemplar está en posición relativa en cuanto a un ejemplar que siempre ocupa la posición equivalente. En el mercado la repetida ecuación y transacción de intercambio permite a todos los bienes particulares expresar su valor relativo de uno con otro, como cantidades del mismo estandar, el dinero. Comencé a preguntarme cómo algo tan ‘mental’ como el desarrollo del concepto puede ser tan similar a algo tan ‘material’ como es el intercambio de dinero por bienes. En el experimento de Vygotsky el lenguaje era usado para ‘guiar’ a los sujetos hacia la formación de conceptos. Cada ejemplar ten’a un nombre escrito y los que no eran parte de la categor’a ten’an un nombre diferente al del ejemplar de la categor’a. El lenguaje ayudaba as’ a seleccionar los ejemplares que no pertenec’an. Por otro lado, el dinero posee tanto el carácter del ejemplar y el de la palabra, ya que es usado para tomar el lugar de los bienes, representándolos y nombrándolos como valores, según su clasificación cuantificatoria interna. No hay lange of monies que represente con dinero mismo su contexto para limitar su dominio semántico. El Equivalente General se destaca solo; como no hay otras ‘palabras-ejemplares’ al mismo nivel que pudiesen permitir expresar otro valor que no sea el de intercambio.

También me pregunté si las varias formas que Goux hab’a identificado, tales como el Rey, el Padre, el Falo, no eran como el Equivalente General mismo, ejemplares derivando del proceso de formación de concepto sino que usaban formas diferentes, investidas de potencialidad diferente. Dicha situación no pod’a sencillamente ‘suceder’ conclu’mos. Es cuando estaba iniciándome en el feminismo y aprendiendo sobre la Patriarqu’a. Pude percibir que estas relaciones del uno y los muchos eran todas patriarcales.

Luego el intercambio de bienes por dinero lo percib’ como un colectivo a escala gigantesca seleccionando y usando el ejemplar dinero-palabra. En este proceso los ejemplares son escogidos o descartados según son o nó como el dinero, teniendo valor, y luego son seleccionados de nuevo de acuerdo a la cantidad espec’fica de valor de intercambio que posean, expresado en dinero dones son descartados, comoque son productos que pueden ser muy baratos (esto es, que pueden ser gratis) y son destru’dos para manter elevado el precio. Por otro lado, pueden ser privatizados y absorbidos en el mercado por comodificación como está sucediendo ahora con los viejos dones del agua y las semillas fértiles.

El uso de un proceso de sorteo para manejar el intercambio de bienes puede parecer nada importante pero es en realidadd la clave ante nosotros que puede ser usada en muchas investigaciones. La selección de un ejemplar y su uso en la formación de conceptos por medio de deselección de ejemplares irrelevantes, puede ser visto como una estructura arquet’tipica de muchos procesos aparetemente inconexos. En muchos de estos, es dominio de parte del ejemplar y la devaluación.

Masculación

Cuando los niños son pequeños La madre que nutre es el modelo o ejemplar para formación de su concepto de lo humano. Ellos reciben creativamente sus dones unilaterales y dan algunos dones comunicativos por su parte, imitándola. (Chodorov 1978) Cuando los hombrecitos aprenden que ellos pertenecen a una categor’a de género que es opuesta a la de la madre que los nutre, y que tienen otro nombre para su género; tienen que abandonarla como ejemplar y dejar fuera del contexto de su identidad también sus modos de dadora de bienes y el de receptores de ellos. Para los más pequeños especialmente una de las pocas cosas que existe en sus vidas es el dar y recibir que efectúan con sus madres. Y lo que es muy significativo, la entrega del don permea nuestras vidas y lenguaje pese a que se nos ha enseñado a no verlo. En otras palabras, la entrega del don es parte necesaria de la vida, pero a los niños hombres se les enseña que ése no es su rol. Lo que es más evidente en los padres patriarcales, es que los modelos masculinos que les son comónmente dados a los niños en lugar del modelo de la madre son la habilidad de mandar, tal vez la de castigar, su distancia e independencia, hasta su habilidad de ser el ejemplar de la categor’a ‘humano’. La generalidad de conceptos de los ejemplares uno-muchos es probablemente evidente a los niños y puede ser interpretada sencillamente como poder. Las erradas concepciones que subyacen en la identidad del macho son transmitidas de generación en generación. Las mujeres aprenden a privilegiar el modo masculino más que el suyo propio dando por resultado que ellas dan a aquellos de la categor’a no-dadora más de lo que a ellas se les da o a las de su categor’a de dadoras de bienes.

El desplazamiento de una categor’a a otra es en s’ una violencia hecha al niño contra la que no pudo protestar, y ciertamente tendrá nostalgia de permanecer en la categor’a de los dadores de bienes con su madre. El cambio de ejemplar, cuando el ejemplar macho toma el lugar del de la mujer, está investido de poder que contrasta con la completa falta de defensa que realmente posee el niño respecto a la transferencia de categor’as. Esto es, que pareciera que pudiera rehusar a su señalamiento de género. El ha sido categorizado, sorteado.5 El niño es dominado por la escición en categor’a de género y por la imposición del modelo del macho en cuanto es mediada por el lenguaje. De hecho, el término ‘macho’ es de por s’ opuesto binariamente al de ‘mujer’ y parece haber sido el poder que separó al niño del ejemplar dador que es la madre y por lo tanto cambió las expectativas para su vida práctica. Por lo tanto, la palabra ‘macho’ es en s’ poderosa. A fin de que se cumpla lo anunciado, se procede a crear socialmente ‘la agenda del macho’ (Gilmore 1990). En vez de tratar de ser como la madre el macho niño debe, mas bien, dominarla. En vez de nutrir a otros, él debe tratar de que otros lo nutran. En vez de crear comunidad e intimidad se hace cazador solitario. En vez de entregar dones, lo que lo har’a parecer femenino, se le da al niño la posibilidad de golpear, atacar – una acción que toca a la otra persona como lo hace la entrega del don, pero crea una relación interpersonal de dominio- no de mutualidad. Golpear se convierte en el estilo del ‘macho’ que se transpone en muchas formas de violencia, desde el abuso sexual, al abuso verbal, a la explotación económica, la tiran’a, la guerra. La agenda del hombre hace entonces aparecer al niño ante la madre como su ‘otro’ diferente de s’ misma, tal vez hasta un pequeño desconocido al que ella debe dar aún más a fin de tratar de atraerlo a la comunidad de la entrega del don (Hyde 1979). La niña, que permanece en la categor’a que tiene a la madre como ejemplar encuentra que su modelo materno privilegia a la otra categor’a y que ella debe hacer lo mismo. Igual que un bien que entra al mercado, el niño hombre abandona su participación en la entrega del don y adopta una nueva identidad como parte de su categor’a privilegiada. El posee un valor cualitativamente diferente al de su madre y un valor cuantitativo que depende de ‘cuánto’ un hombre puede llegar a ser.

Los niños son v’ctimas de esta ‘tarea de sorteo’ que es efectuada en su representación en lo que concierne no sólo al género, sino también a lo ‘humano’ La razón de este extraño uso del ejemplar es que los niños son colocados en una categor’a que es la opuesta a la de sus madres en una época cuando ellos son totalmente dependientes de sus dones y ellas son el único modelo de lo ‘humano’ que ellos han conocido de cerca. Una categorización de género falsa e innecesaria los aleja de su identidad original y les crea una identidad artificial no nutridora, en su lugar.

El padre u otro macho significativo toma el lugar del ejemplar de lo humano, y el muchacho se va potenciando en un pequeño ejemplar. Su relación de similaridad con el padre es privilegiada respecto a la de la madre nutridora, cuya ejemplaridad es eclipsada. Dar a quien no da, crea inferioridad para la mujer y para el acto de donar, y por ende, superioridad para los hombres, privilegiando no sólo no donar, sortear, cuyos afines o cognates son enjuiciar y nombrar, funcionales en la categorización misma que parece haber dividido los géneros en primer lugar. Sortear, categorizar, enjuiciar y nombrar parecen ser capacidades del ejemplar macho dominante y el niño debe ser como el padre, ‘ser hombre’ compitiendo para capturar él mismo la poosición de ejemplar.

Las estructuras sociales implicadas en el ejemplar forma-para-muchos prolifera. Las jerarqu’as pol’ticas, religiosas, militares y económicas demuestras su penetración de la sociedad. El ejemplar mismo – el hombre en la cima – es investido de la habilidad de dominar a los otros con su ‘categor’a.’. Comanda y toma decisiones. El ‘sortea’, ‘da turnos’ y aquellos elegidos le ofrecen dones y poder . La misma interacción toma lugar en los ‘unos’ en posiciones de ejemplares ascendiendo y descendiendo los niveles jerárquicos. Los valores de la agenda de la hombr’a son muy similares a los valores de la ganancia (acumulación de dones), competencia, independencia y autoprivilegio que mueven el mercado.

Proyecciones

La razón por la cual es muy dif’cil solucionar nuestros problemas sociales – y escribo bajo la inminente amenaza de guerra de G.W. Bush contra Sadam Hussein y, una competencia entre dos importantes ejemplares del concepto ‘hombre’ que se cierne sobre la humanidad – se debe a causa de la división original de género repetida en cada vida individual, los problemas lógicos de la categorización se han convertido en penetraciones de nuestra identidad de género, proyectadas en las estructuras psicológicas, sociales, y familiares. Estas son recibidas como ‘dadas’, luego recategorizadas y retroalimentadas a la estructura de categorización comoque ya esá imbu’da en el género. Estas se confirman unas a otras y parecen conformar la ‘naturaleza humana’ misma, aquella en que la mujer es sólo humana en parte porque ellas compiten menos para ser ejemplar de lo humano y tienen una tendencia irracional a cuidar. La Patriarqu’a queda validada a todos los niveles.

La proyeccion del problema de categorización y género en el mercado es auxiliar en cuanto deja ver los elementos desplazados en una arena despersonalizada que es visible a todos. En el mercado tal como en nuestra experiencia infantil una vez más la relación uno-muchos entre un ejemplar y otros en una categor’a privilegiada es evidente.

En el mercado, el dinero es el ejemplar del valor. El ‘proceso de sorteo’ ha tomado lugar y algunos bienes son admitidos en el c’rculo mágico del valor de intercambio. El intercambio por dinero es la manera de nombrar al bien de consumo como un valor, no dándole nada al mismo, sino dando algo por él. El dinero funciona como este ‘nombre’ (similar tal vez a la palabra ‘macho’) mientras que la suma de dinero que se da a cambio del producto, nos habla de cuán masculino se estima sea.

El dinero es también algo que uno tiene y poseerlo en gran suma confiere al dueño el poder de ser un ejemplar. (También hay simbolismo fálico conectado con este hecho). El desplazamiento del problema en el mercado permite a las mujeres lograr también la posición de ejemplar por lo menos en algunas jerarqu’as consiguiendo prominencia y/o tener dinero, un hecho que demuestra que el hecho de ser un ejemplar no es una prerrogativa biológica de los hombres. El desplazamiento del problema en el mercado también permite a las personas de los dos géneros competir por la posición de ejemplar teniendo que dominar directamente a otra persona ya sea maltratándola y hasta matándola.

La propiedad privada es también un tipo relación de ejemplar-para-muchos del tipo que Vigotsky llamó ‘complejo del nombre de familia’ no basado en similaridad sino en ‘relaciones funcionales’ bastante parecido a cómo diferentes miembros de una familia están relacionados de diversas maneras a la cabeza. El propietario es el ejemplar en este caso y toda propiedad es vinculada a él o ella como a su propietario/a. La propiedad también implica una relación exclusiva y mutua respecto a otros propietarios y sus posesiones. La propiedad privada permite a todo macho masculado6 ejercitar su ejemplaridad respecto a, por lo menos, a sus propiedades si es que no puede lograr esa posición privilegiada en relación a otros hombres y dentro de la categor’a ‘macho’ o ‘humano’. Esto ha sido desafortunadamente extendido a ser propietario de la gente, como si fuesen bienes o bártulos, a la propiedad sobre la esposa y los hijos, as’ como a la propiedad de esclavos humanos auténticos. En todos estos casos, se supone que el propietario puede recibir obsequios y servicios de esa ‘propiedad’ de manera privilegiada y exclusiva.

La hipótesis de que el mercado es una proyección de problemas de la categorización en la arena material de la comunicación tiene muchas ventajas. Primero, nos permite una manera de investigar categor’as y procesos de signos, ejemplares y palabras dentro de un medio extra-mental. Segundo, nos ofrece una manera de buscar por la formación del género masculino como similar a la comodificación, una categor’a social creada en oposición a la entrega del don y basadas en la categorización misma. Tercero, si reconocemos cómo el mercado triunfa en difundir sus valores entre nosotros retroalimentándonos en nuestro intercambio y género basados en la idea de la entrega del don y el intercambio, no podemos corregir sus influencias ni siquiera en disciplinas que parecen no relacionadas. Cuarto, teniendo todo ésto en cuenta podemos comprender tal vez que necesitamos acercarnos cr’ticamente a la importancia que atribu’mos a la categorización en vez de darle valor al paradigma del don. Quinto, esta hipótesis nos ofrece un punto de partida desde el cual cuestionar la realidad y justicia de un mercado que determina hoy por hoy, vida y muerte en el planeta. En sexto lugar, una vez que comprendemos lo que ocurre podremos analizar y remediar el problema a nivel individual y también a nivel social.

Categor’as del Mercado

El mercado mismo es un proceso producción de bienes y para que sean categorizados cuando son comprados y se conviertan en valores de uso. Los dones y su valor quedan fuera de este proceso porque son transferidos por implicación de cuidado. (Vaughan 1997:189). La entrega del don es ontogenéticamente prior a la categorización, como también es tanto ontogenéticamente y filogenéticamente priores al mercado, y continúa existiendo a la par. En el mercado los dones son capturados como ganancia, pero la ganancia es percibida como dinero ‘hecho’, que proviene de la participación en el proceso del mercado mismo ‘producido’ por el capital (Kennedy 1995:18). Centrando la atención en la categorización del valor del intercambio el paradigma del don que está sucediendo profusamente, es ignorado como el opuesto binario del intercambio. Puede, por lo tanto, ser captado y cubierto por un nombre diferente,’ganancia’. Parte de lo cual y que está ocurriendo constantemente, permanece ‘invisible.’ El otro lado, el mercado, se presenta muy visible debido al uso de los procesos de categorización en su identidad funcional, de modo que su aspecto se hace muy dif’cil de interpretar.

Se concede excesiva importancia en cada uno como categorizadores y sorteadores en vez de cómo dadores y receptores. La distancia entre nosotros mismos y los demás, la falta de acceso a los bienes que es creado por el mercado y la propiedad privada, y por el uso del dinero para clasificar tanto los valores monetarios como los que no lo son y que conduce a un énfasis sobre la categorización.

Centrando el acceso al conocimiento a partir de las categor’as, deja desconocido el conocimiento a través del don y su recepción, creando un punto ciego epistemológico.

Los ejemplares patriarcales y sus categor’as siendo al mismo tiempo categorizadores y sorteadores son validados por este tipo de epistemolog’a. También se crea un punto moral ciego por el cual poblaciones enteras ‘escogen’ apoyar guerras de dominación contra los que ellos categorizan como enemigos, dando por descontada la posibilidad de crear comunidad a través del paradigma del don con seres fuera de su propia categor’a. Si uno no puede lograr transformarse en un ejemplar, parece que por lo menos él/ella pueden ser miembros de la nación, clase, raza o religión ejemplar. Esta participación parece dar licencia para dominar, tal y conforme un miembro del género masculino opera en la Patriaqu’a.

A nivel individual las personas luchando por transformarse en ejemplares en oposición al paradigma del don se cuestionan por el significado de la vida, y el del lenguaje que tienen que ver más con la entrega del don que con la categorización. Creyendo dentro de las pautas de la agenda masculina que el significado de la vida tiene que ver con lograr la posición de ejemplar, ellos atacan y dominan a otros, a veces matando a sus compañeros en el colegio o en sus centros de trabajo en un violento intento de ascender al tope, en el cual al transformarse en el uno se comparan los muchos. Ya que la misma agenda es aplicada a otros niveles, por ejemplo, en las relaciones internacionales, cuando un pa’s hace la guerra a otro, bombardeando y matando a los muchos para obtener la posición de ejemplar. Al individuo le parece que éste es un método válido para lograr preeminencia. En cambio, el significado de la vida as’ como el significado del lenguaje tienen que ver con la creación del yo y de los otros pero por medio de la entrega del don, por medio de la comunicación y la formación de comunida

Lenguaje

El nivel de percepción implica reconocimiento y, por lo tanto, conexión y comparación con cosas previamente conocidas. Los animales y hasta los micro organismos reconocen cosas de la misma clase. El lenguaje humano destaca y elabora sobre esta habilidad. (Danesi & Sebeok 2000:20). Las palabras como combinaciones fonéticas son efectivamente también ejemplares. Podemos reconocer instancias de la misma palabra , y cada vez que hablamos una palabra sabemos que muchas otras personas la han usado y la están usando en otro momento y circunstancias. La palabra hablada, o’da, escrita o le’da en el presente posee una polaridad y ejemplaridad respecto a las otras instancias de esa palabra. Esta ejemplaridad coincide con lo imaginado, recordado o percibido del ejemplar no verbal que es ahora el ejemplar, dejando a todas las otras cosas no verbales en la categor’a. La palabra y el ejemplar no verbal tienen la posición polar en común aunque no la relación polar de la palabra ‘misma’ ni la relación polar de lo no verbal respecto a los otros miembros de su categor’a. Pienso que el lenguaje humano proporciona mejoramiento de nuestra habilidad de reconocer al agregar un nivel de experiencias verbales que podemos reconocer y hasta imitar. Los niveles verbales y no verbales de las palabras y las cosas se intersectan y están unidos unas a otros por lazos de ecuación en los dos niveles de su ejemplaridad. La capacidad de las palabras de representar cosas deriva de nuestro uso de un tipo de ejemplar (un ejemplar verbal) para que tome el lugar de otro (el ejemplar no verbal) al mismo tiempo que conserva la relación polar a él y una relación consecuente de similaridad entre uno y otro. La clase es identificada por el uso del ejemplar no verbal que ya no es necesario cuando su lugar ha sido tomado por la palabra. La palabra, debido a su propia posición polar respecto a otras instancias de s’ misma, puede tomar el lugar del ejemplar de la clase, de manera que los miembros de la clase permanezcan relacionados unos a otros como similares porque ellos están relacionados a tal palabra como su ejemplar substituto, su nombre. Si olvidamos lo que significa la palabra podemos recordarlo o pedir a otros que nos la describan con un ejemplar no verbal apropiado de dicha clase.

Al considerar a la langue , una colección de palabras en relación a la exclusión mutua de unas a otras podemos ver que el nombre gu’a la categorización hacia la unificación y homogeneidad con las que ya es comprendido entre los miembros de dicha categor’a. Este puede ser el caso tanto en la creación de la exclusión mutua entre categor’as como en la derivada de la mutua exclusión entre palabras, y continúa al uso de palabras para corregir errores como cuando un niño dice ‘perro’ a un gato, y alguien le facilita la categorización , la palabra correcta ( mutuamente excluyentes). Ambos factores lo/a conducen hacia la categorización correcta. (Hemos visto anteriormente cómo este mecanismo opera en la categorización por género). La función de la palabra como correctora de categor’a depende en este sentido y en gran parte, de la co-presencia de otras palabras y de su relación a ellas. La relación polar de uno-entre- muchos es complementada por la relación de uno-entre-muchos que posee la palabra con las otras palabras mutuamente excluyentes en la langue.

Existe otra función que ocurre tanto a nivel verbal como a no verbal y ésta es la función comunicativa de la entrega del don. Hemos dicho que la entrega del don a nivel material crea la comunidad humana y que los comunicadores al satisfacer las necesidades de aquellos que creativamente reciben los dones estimulan nuevas necesidades basados en las previas. Es decir, crea conciencia humana comunitaria y determina su especificidad según los tipos de satisfacción de la necesidad que les son dados y que ellos creativamente reciben (Ver Marx sobre producción y consumo. 1973:90-94). Alimento, vestidos,casa, y hasta la temperatura y humedad del aire de nuestra niñez poseen especial significado para nosotros porque esas fueron las primeras necesidades que fueron satisfechas. Nuestros cuerpos y mentes han sido hechos con estos dones, as’ se desarrollaron nuestras preferencias, y fueron alimentadas nuestras mentes. Nuestras inclinaciones, preferencias y rechazo son todos puntos de llegada de un viaje que comenzó con la forma en que se satisfacieron nuestras necesidades de la niñez. Como receptores y dadores de dones materiales nosotros somos la s’ntesis de lo que recibimos antes. Hemos sido alimentados también por los dones del lenguaje que después de un per’odo de temprana incomprensión empieza a mediar en todo lo que hacemos y sabemos (dar, recibir y tener). Las palabras no son sólo substitos del ejemplar sino que también son susbtitutos del don por medio de los cuales nos recreamos a nosotros mismos como similares dadores y receptores.

Si el dar y recibir bienes y servicios materiales crea relaciones humanas comunitarias y subjetividades multifacéticas, dar y recibir dones verbales y servicios puede crear también relaciones comunitarias y subjetividaddes. Las necesidades surgen para aquellas relaciones excesivas o que van más allá de las necesidades humanas mismas y/o aún cuando los dones materiales sean inaccesibles. Podemos calificar a estas necesidades por relaciones de “necesidades comunicativas.’ Son necesidades que surgen por relaciones entre personas abarcando toda la variedad de sus contextos externo e interno. Las necesidades comunicativas pueden satisfacerse dando o recibiendo dones verbales de palabras, oraciones o discursos. A largo plazo, las repetitivas necesidades comunicativas respecto a algo en el medio ambiente natural o cultural, interno o externo, ocasiona el acuñamiento social de palabras mientras que a corto plazo esas necesidades excedentes flotantes y evanescentes ocasionan la produción de oraciones que emplean ya palabras previamente socialmente acuñadas.

La Iconicidad de las relaciones del don

Como ejemplar substituto la palabra mantiene una relación mutua entre cosas de la misma clase, tal como lo har’a un ejemplar de dicho tipo7 . Este ejemplar substituto, la palabra , está también imbu’do de una capacidad de donar que puede ser entregada de una persona a otra al crear lazos de comunicación, relaciones entre similares a algún sector o aspecto del mundo que se ha tomado como un don o servicio. Es a causa de las palabras que tienen estas dos funciones, como substituto de ejemplares y como substituto de dones, que el lenguaje puede enriquecer nuestras relaciones con el mundo y con los demás, nuestras percepciones y nuestra habilidad de pensar y actuar consciente y colaborativamente. La cualidad de formar-relación de las cosas no verbales a las cuales nos referimos es transmitida a otra gente cuando se les entrega el ejemplar-substituto-palabra-don, combinado en una base basada en el paradigma del don. En verdad es la reiteración de dones a diferentes niveles lo que nos permite trasnmitir (dar) mensajes a información.

Estos dos importantes aspectos nos ofrece una aproximación bifurcada a la significación. De hecho, creo que las funciones del paradigma del don para crear relaciones entre cosas no verbales y las palabras y las relaciones entre la gente y que ello es también reaplicado a nivel verbal para crear relaciones entre palabras, como sintaxis. La similaridad entre las palabras y las cosas no verbales radica en el hecho de que igual que las palabras, las cosas son dones potenciales, dirigidos hacia los demás y existe una iconicidad derivada de este hecho a los dos niveles. Existe una segunda iconicidad derivada tanto del empleo de las palabras como de las cosas no verbales como ejemplares. Al entregar las palabras como ejemplares. Al dar a otros las palabras como substitutos de ejemplares podemos despertar su atención a sus propios ejemplares no verbales y las cosas relacionados a ellas como miembros de una clase. Estamos dando ejemplares, pero no comprendemos por qué hemos eclipsado el ejemplar de la entrega del don.

Ambos caminos de nuestra investigación del lenguaje epende en gran parte de la interpretación que los seres humanos hacen del mundo. Si nuestra actitud hacia el lenguaje y hacia el mundo no es abierta a la entrega del don no vamos a poder captar este aspecto y laiconocidad senos habrá perdido. Sin embargo, si no perdemos nuestra harencia de niños criados por madre, de homo donans ( no són de homo sapiens), continuaremos dando y recibiendo perceptual , comunicativa, y naterialmente aun cuando no reconozcamos que lo estamos haciendo. En parte, nuestra actitud hacia la entrega del don se deberá en parte a la sobrevaloración de los ejemplares de la Ptriarqu’a y el mercaado que, como hemos estado diciendolo estánconstru’dos la cancel;aciwn y cooptación del paradigma del don. Si el don no es visible, el funciconamiento delejemplar puede parecer mecánico o instintivo, lo que es parte de el pre acondicionamiento de nuestra cerebro. El modelo del modelo, el ejemplar del ejemplar, capturan y eliminan al don. El legado de la madre se atribuye a fisiolog’a cerebral. La agenda masculina y el ejemplar masculino se vuelven en el norma tanto para hombres como para mujeres, luego de cual se extiende como la norma para el comportamiento de los estados y las corporaciones que ejecutan la agenda de no donar, de la competencia, los intentos hacia ser adversarios y ser uno superior al otro, el ejemplar, que domina a los muchos. (Y luego todo ésto esjustificado recurriendo al dominante de los animales, en vez de tomar en cuenta nuestra humanidad como un producto de laevolución de la crianza materna).

En ambos casos, del ejemplar y del don, la iconicidad entre los niveles depende de ‘atribuciones’ que los seres humanos conceden colectivamente. (En cierto sentido estas atribuciones son también reconocimiento y atribu’mos algo la cualidad que muy bien puede estar ya all’). Primero tenemos que atribu’r relevancia a varios aspectos de nuestro medio ambiente, como poseedor de un carácter potencial de satisfacer el don para otros. Esto nos permite emplear las palabras como substitutos para satisfacer las necesidades comunicativas respectoa esos aspectos. Satisfacemos la necesidad del oyente de tener una relación con nosotros respecto a estos aspectos. Satisfacemos le necesidad del interlocutor respecto a algo al darle la palabra-don-ejemplar empleado por nuestra comunidad lingústica.8 Esta comunicatividad del don con necesidad de satisfacer crea una relación del dador y el receptor con la cosa o hecho no verbal como algo que tuviera un paralelo ahora el otro tiene con él. Y auqnue es la necesidad comunicativa del otro la que satisfacemos, establecemos automáticamente una relación para nosotros mismos.

Tenemos también que atribu’r este carácter de donador a otro nivel a las palabras de manera que ellos pueden satisfacer las necesidades mutuas, modificándose uno a otro en la sintaxis. ‘Rojo’ modifica a ‘manzana’ porque una [manzana] puede tener la propiedad [rojo], esto es quepuede ser receptora de dicha propiedad en el planode la realidad. Eldon substituto, el sustantivo ‘manzana’ puede recibir al adjetivo ‘rojo’ como don. Las dos palabras combinan porque una es dada momentáneamente a la otra y juntas representan un don substituto para el potencial don relevante no verbal, [manzaja roja] satisfaciendo alguna necesidad comunicativa en este respecto sobre si o no la [manzana roja] misma es donada y recibida realmente.

En los lenguajes cierto tipo de dones verbales pueden recibir ( osea quepueden tener necesidad de) espec’ficos tipos de dones verbales y no de otros. En el inglés, los sustantivos pueden recibir adjetivos, pero no adverbios. Pueden recibir terminaciones singulares o plurales. También pueden recibir art’culos definidos e indefinidos dependiendo de las clases de dones a los que están sustituyendo al momento, positivo o negativo, o sino especificando los sufijos y los prefijos. La estructura misma de sustativo-verbo-complemento es icónica a la interacción del dador – don o servicio- receptor. En oraciones activas el dador está como foco: “La niña tiró la pelota’ . ‘La pelota fué tirada por la niña. Las preposiciones y las conjunciones permiten a los dones ser dadas a otras frases y cláusulas. Todo lo inclu’do en el árbol de una oración puede ser visto nada más que como éso: inclusiones, dones.

La entrega del don ocurre a diversos niveles. Comienza con material materno dado y el niño recibiendo y se extiende a muchos tipos de transacciones de dones materiales. Se inicia con dones perceptuales y el de recibirlos. Luego continúa con la entrega de signos verbales y no verbales, continuando con entrega del don entre signos verbales. Cada oración es un don completo, sencillo o complejo que crea relaciones entre el hablante y el receptor , o entre el escritor y el lector respecto a los innumerables aspectos del medio ambiente exterior e interior. Este don a nivel veerbal permite relaciones entre cosas de nivel no verbal que son puestas en primer plano, demostrando que potencialmente son también dones-con-necesidad-de-satisfacción. Se crea un tópico común al cual cada uno de los interlocutores puede dar y recibir. En el proceso del diálogo cada interlocutor se transforma por turnos en dador o receptor. Los hablantes y los oyentes crean sus subjetividadescomo tales por intermedio de la praxis lingústica, aunque no estén dando o recibiendo nada en el plano material. No se trata solamente de que los seres humanos necesitan comunicarse a fin de colaborar, no es que la comunicación es como un agregado a nuestra conformación; necesitamos comunicarnos a fin de convertirnos en humanos, desde nuestra infancia. Esto es: necesitamos comunicarnos co-muni-car , entregar dones.

La iconicidad en la relación ejemplar-de-muchos

La iconicidad relacional de la entrega del don contiene las diferentes partes y niveles de comunicación unidas. Existe también una iconicidad del ejemplar a diversos nivele. Podemostomar cualquier cosa como un ejemplar a menos que ya tuviéramos un ejemplar para ella, con lo que ser’a parte de una categor’a. Si la palabras en su ejemplaridad susbstituyen cosas no verbales tomadas como ejemplares, podemos relacionarlas a cosas no verbales podeemos relacionar las cosas no verbales de una clase directamente a la palabra, en vez de tener que pensar en el ejemplar no verbal mismo. La palabra funciona como substituto del ejemplar. Una vez quehemos constru’do nuestras categor’as, cualquier cosa de su clase puede ser empleada como ejemplar de su clase, mientras esté ubicada en una posición polar equivalente respecto a las demás. Aún más, cualquier instancia delapalabra ‘gato’, por ejemplo puede representar una clase o ya sea a uno de sus mimbros. Los dones que se le han dado en la palabra y que la modifican, por ejemplo, ‘todos lso gatos’ o e’el gato megro’ pueden expandir o reducir el radio de polaridad que es tomado en consideración en el momento. En realiad el ‘equivalente general’ es constru’do por comparaciones repetidas de cada una de las cosas de una clase respecto al ejemplar. Cualquiera de los gatos individualmente puede estar relacionado a la palabra ‘gato’ y ‘gato/s ‘ puede también erigirse como el equivalente general, el substituto ejemplar para todos los gatos. Resolvermos el problema cognocitivo (Rey 200:257) queno todos hemos percibido, imaginado a recodado ser ejemplar de algo, al compartir – dar y recibir – la palabra como substituto del ejemplar.

La polaridad del equivalente general que es extraordinaria a escala microcópica de dinero como descrito por Marx, es lugar común el el uso del lenguaje. Vivimos en un mundo en el quepodemos hablar de cualquier cosa y, sipor alguna razón no podemos, nos es posible pensar en las palabras que con los substitutos del ejemplar. No necesitamos emplear las palabras solas en su aspecto de equivalente general, sin embargo, porque como comunicadores adultos ya sabemos que cosas están relacionadas a otras como miembros de clases por medio de su relación a una palabra espec’fica como ejemplar substituto. Siempre que necesitamos hacerlo, al nombrar y definir podemos aislar o centrarnos en palabras dones individuales y es as’ que emerge su generalidad. De manera similar, cuando vemos al lenguaje como un todo, como en la langue de Saussure, estamos miranod a una colección de ejemplares verbales generales al mismo tiempo que a un número de mecanismos gramaticales y conexiones lógicas; i.e. instrumentos que facilitan la entrega de palabras-dones dadas juntas o separadamente. Al combinar palabras-dones (ejemplares substitutos) dándolas una a otra, posibilitamos manetner la polaridad o plano experiencial. El dar y recibir palabras-dones es mucho más fácil y rápido que dar y recibir regalos materiales, y crea relaciones comunitarias interindividuales tal y conforme sucede con el donar y recibir en el plano material.

La frase (el gato negro saltó sobre mi falda) podr’a ser considerada en algunos lenguajes como un ejemplar al cual se podr’an relacionar otros hechos similares. En el idioma inglés no es as’ pero los elementos del hecho pueden ser relacionados a ejemplares respecto a los cuales son de la misma clase, y estos ejemplares han sido substitu’dos por la palabra-don ‘negro’ ,’gato’,’saltó’,’falda’,etc. con sus apropiados instrumentos facilitadores, un art’culo definido, una preposición, un pronombre posesivo, una terminación verbal. Los varios elementos de la oración se acomodan como dones formando un ejemplar substituto verbal, una palabra-don compuesta a la cual relacionamos el hecho como un posible elemento de una clase que está conformada por otros de clases que ya están relacionadas a sus propios ejemplares. [Negro] es una propiedad del gato porque el gato la posee. La Madre Tierra, el Universo, su ancestro cir familiar, el código genético, le han dado ese color. El hecho de que posea ese don/propiedad queda implicado al darle la palabra ‘negro’ a la palabra ‘gato’ en la fraase. El hecho de que me pertenezca como algo que he recibido y al que satisfago sus necesidades, queda comunicado al darse el pronombre posesivo ‘m’o’ a las palabras ‘gato negro.”

Con el propósito de categorización podemos efectuar también la operación de poner en primer plano las cualidades comunes de los gatos dándole la vuelta a la ecuación y empleando un ejemplar de gato individual o idealizado, o de la palabra substituto – ejemplar como el único relativo mientras que la lista de todos los gatos es la posición equivalente. Esto es similar a la “forma relativa del valor extendida” (Marx 1962: 34) En este caso,la generalidad del ejemplar se refleja en la comunalidad de las propiedades cuando son abstra’das de las diferencias particulares. Usualmente no necesitamos hacerlo a menos que estemos ejecutando algún tipo de investigación filosófica.

Al nombrar, la ejemplaridad respecto a otras instancias de la misma palabra es icónica a la ejemplaridad del ejemplar no verbal; algo que es señalado, o que es recordado o una imagen pensada, en su relación a otras instancias de ea tipo de cosa. (La relaciín del ejemplar-para-muchos es icónica que es ilustrada eb ek dedo señalador respecto al resto de los otros, que se repliegan; y en la singularidad de la cosa en cuestión respecto a sus relaciones y a todas otras posibles instancias de aquel tipo de cosa (Vaughan 1997: 261-267). Sin embargo, la iconocidad conceptual misma del ejemplar-de-muchos con las pautas esyablecidas de hegemon’a, categorización y control, transforma este aspecto de la comunicación contra s’ misma, creando situaciobnes de dominio y sumisión, apoyadoras de jerarqu’as a la que los muchos verticales dan, y as’ del parasitismo de los pocos ejemplares sobre los dones de los muchos que conforman los ‘parasitados.’ Aunque las vidas individuales tanto de las mujeres como de los hombres están actualmente permeadas por el don y recibirlo en muchas maneras, las estructuras sociales de la patriarqu’a y el mercado las invaden casi automáticamente, y hoy están globalizando su hegemon’a al punto de poner el peligro a la humanidad toda y a la vida en la tierra. No es de asombrarse entonces, que en esta alienada situación, el funciconamiento del signo, especialmente el skgno lingústico, parezca ser natural y parte de nuestra herencia biológica en vez de lo que es es: un rebrote y elaboración de una práctica social necesaria del altru’smo funcional (entrega del don).

Variando niveles

El comportamiento de don que adopta el ejemplar verbal y la misma caracter’stica del ejemplar no verbal lo hacen un don doble, un don a dos niveles. De hecho, pienso que el uso del ejemplar y el del nombre en la categorización9 tiene que ver principalmente con llegar al nivel delengauje en el cual la entrega del don puede ser ejecutada de nuevo hasta en situaciones en las que no hayan dones materiales inmediatos. Es por ésto que el intercambio, que es también una entrega duplicada, es tan similar al lenguaje, especialmente a la definición y elnombrar. Desplazándose al nivel verbal para efectuar entrega del don respecto a los aspectos relevantes del mundo quenos rodea, abrimo las perspectivas de nuevas posibilidades, conexiones y relaciones entre nosotros. El desplazamiento hacia el intercambio en el sustitu’mos dinero por bienes según su valor de intercambio es un movimiento hacia un área más monol’tica. Esta es un érea en la que el desplazamiento mismo domina facilitado por una sóla ‘holofrásica’ palabra-dinero. Tanto el dinero como los bienes son no-dones, determinados en oposición a la entrega del don, y son similares uno a otro en ésto, así como las palabras y las cosas no verbales son similares por que ellas son dones o potenciales dones.

No-dar-entregar, substitución, tomar-el-lugar-de; son las principales actividades (des)conectadoras en el mercado. Lo que puede ser visualizado como sustitución ‘vertical’ entre planos cuando se nombra, donde permitimos a un ejemplar-de-palabra-don tomar el lugar de un ejemplar palabra-don no verbal, se convierte en sustitución ‘horizontal’ al mismo nivel de sustitución en intercambio cuando el ejemplar de dinero material toma el lugar del bien material. La necesidad de dinero es una necesidad meta lingústica y meta comunicativa por medios de comunicación que tal como una palabra-don, pueden ser entrehados otra vez. Por lo tanto, la similitud entre el nombrar o definición y de intercambio por dinero. Esta ‘palabra-don’ nunca puede aprendida sin embargo, porque el interlocutor no posee losmedios de producción para reproducirla y en todo caso si se le dan es sólo con la finalidad de recibir el equivalente valor y en realidad, no hay don.

La substitución de un bien por el ejemplar material del valor de intercambio no permite un nuevo nivel de entrega del don (en el lenguaje el nuevo nivel depende en la copresencia de la otra langue de otros substitutos). En vez de instalarse a s’ mismo como el modo de distribución, el intercambio crea un más amplio contexto de distribución en el que el mercado tonma el lugar del modo de entrega del don en su integridad, creando una estructura que es icónica a la secuencia de ‘tomar’ el lugar de’ que sucede en cada intercambio. Dada esta situación no es sorprendente que la lógica y valores del mercado se propaguen ellas mismas en todos los recovecos de nuestra mente, influenciando nuestro pensamiento acerca del pensamiento que está siendo dirigido e investiga procesos de los signos del mismo tipo que están ‘encarnados’ en el mercado.

Dadas todas estas consideraciones creo que podemos conclu’r que muchas de las situaciones que estamos produciendo en nuestra vida diaria (ya sea m’a o no, ya sea hombre o mujeer, ya sea dinero o bien, comprado o vendido, donado o intercambiado) no son verdaderas reflexiones de la manera en que nuestras mentes operan sino reflexiones de la honda y temprana ruptura causada por la división entre mujer y hombre y entre donar no-donar, la identificación del ejemplar o prototipo para la categor’a ‘humano’ con no-dar, y la identificación del rol del hombre con transformase en el ejemplar. Este entrecruce deproblemas es llevado a cabo en el mercado y retroalimentado a nuestra identidad y pensamiento sobre nuestro pensamiento de manera que la propiedad privada de transforma en la metaforma patra categor’as, e intercambia la metaforma por por comunicación. Cuestionando estas metaformas y los problemas que produce la ‘realidad’ subyacente y al comenzar a dar valor a la entrega del don, podemos abrir la superestructura ideológica hacia el cambio social y llegar a un mejor entendimiento del lenguaje y la mente. Desde que las mujeres son las que no han sido masculadas a una edad temprana y están supuestas en general de ejecutar la crianza, es tal vez más fácil para ellas identificar y adoptar conscientemente la lógica de la entrega del don, llevándonos hacia la liberación individual y la del paradigma del intercambio y del dominio del ejemplar.

Tr: Cecilia Bustamante, Austin 2003.


Footnotes

1. There has recently been a further abstraction, a disincarnation of money in credit cards and internet banking. However it is important to understand money as it has existed for the last millennium before we take on it newest developments. In fact it passed through a previous disincarnation from gold into paper money. See Marx (1962:109) Jump back to footnote 1 in the text.↩

2. These and other startling estimates of the huge waste that is caused by taking money out of the nurturing economy by arms spending can be found in www.osearth.com. Jump back to footnote 2 in the text.↩

3. The situation of the market and private property has changed in the last years as more signs have become commodities, from verbal and non verbal signs used in advertising to copyrights and patenting of the genetic code. Even the seeds which once were free to the groups who re produced them, pure water, and clean air, the breath of life and language are becoming polluted and scarce so commodifiable. This is a structural change which makes even more necessary the re framing and re claiming of signs as gifts, but also the reclaiming and honoring of all the freely given aspects of life including all the myriad species of plants and animals. Jump back to footnote 3 in the text.↩

4. I call this ‘male dominance’ even if practiced by women. The corresponding system of motivations and values which drives many individuals and corporations is ‘Patriarchal Capitalism’. Jump back to footnote 4 in the text.↩

5. Homosexuality may be a case to the contrary though many male homosexuals still follow the manhood agenda in areas other than sexuality. Although some female homosexuals follow the manhood agenda in sexuality, many continue to maintain gift values. Jump back to footnote 5 in the text.↩

6. Women receive one-tenth of the world’s income and own less than one-hundredth of its property. www.osearth.com, Global Primer: Women Jump back to footnote 6 in the text.↩

7. A single phonetic combination can serve as the substitute exemplar which maintains the relation of members of different categories to each other in polysemy, and its exemplarity can also be extended metaphorically to related kinds.) Jump back to footnote 7 in the text.↩

8. It is important to realize that here we are giving the listener/reader something s/he already has, in that s/he herself recognizes and could potentially produce the same words we are giving her. Living as we do in a market society based on scarcity we do not immediately grasp the nature of giving in abundance. In language because we have all been given the means of giving and means of production of words, we have an abundance of linguistic gifts. When we are given something we already have or can produce ourselves, we know that this gift was given for a reason other than the filling of a lack. Rather it is given to create the relations that regard the gift over and above the material need. Perhaps this is what those who talk about communication being in excess, or beyond need, not ‘utilitarian’, are referring to. Jump back to footnote 8 in the text.↩

9. The definition and naming are services the speaker performs for the listener/reader, satisfying her meta linguistic need for a verbal exemplar that can be given again as a verbal gift in place of the relevant non verbal exemplar. This service does fill a lack while the use of a word fills a communicative need with a word-gift the listener/reader already ‘has’. Sentences formed with the copula unite the exemplar and the gift function (Vaughan 1997:139-153) Jump back to footnote 9 in the text.↩


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